domingo, 1 de noviembre de 2009

La pesca indiscriminada puso al sábalo al borde de su extinción

A pesar de que conserva su mítico color marrón, el río Paraná cambió y mucho: en la última década la explotación del sábalo jaqueó su riqueza ictícola y comprometió al resto de los peces. Para adaptar su exportación a las exigencias de Nigeria, Brasil y Colombia se extraen ejemplares pequeños que ni alcanzan a desovar. Con esta estrategia de rindes jugosos, los frigoríficos vendieron miles de kilos sin valor agregado y exprimieron a esta especie hasta límites críticos. En 2004 salieron del país 32 mil toneladas, tres años después el gobierno puso cupos para enderezar la situación, pero una que otra válvula abierta siempre distorsiona las cifras. Este año se declararon 11 mil toneladas para el extranjero aunque cabe aclarar que la Aduana no suele ser la única salida. Para el 2010 la provincia de Santa Fe fijó un techo: 4 mil toneladas por año.

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